Un barranquista vecino de Tarrasa de 36 años murió el sábado en la zona de los Oscuros de Mascún, en Bierge. Fue arrastrado por la fuerte corriente de agua que bajaba por el cañón. El fallecido practicaba la actividad con otros dos compañeros que avisaron de lo ocurrido ya por la noche. Efectivos del GREIM de Huesca iniciaron la búsqueda, que fue interrumpida por las condiciones adversas. El operativo de rescate recuperó el cuerpo tras una labor compleja.
El fallecido, A.J.M., de 36 años, natural de Barcelona y domiciliado en Tarrasa, iba acompañado por dos compañeros, también catalanes, quienes pudieron salir del Mascún, situado en el término municipal de Bierge, y se dirigieron hasta Rodellar, donde dieron aviso de lo ocurrido en torno a las once menos cuarto de la noche. Hasta allí se desplazaron especialistas de la Guardia Civil de Montaña de Huesca. Sin embargo, las adversas condiciones meteorológicas, la noche cerrada y el fuerte caudal dificultaron la búsqueda del desaparecido y se cesaron las labores a las dos de la mañana.
A las siete y media de la mañana de ayer, la Guardia Civil reinició la búsqueda junto con el apoyo del helicóptero UHEL-41 y un médico del 061. Finalmente, a las 9,15 horas fue encontrado el cuerpo sin vida del barranquista, en concreto, en “un caos de piedras”, según explicó a este periódico el teniente jefe de los GREIM de Huesca, Pedro Garijo. Indicó que previamente al accidente, los tres barranquistas habían hecho también el Barranco Las Forcas, que desemboca en el Mascún.
El cadáver fue trasladado a Rodellar, donde lo reconoció uno de los compañeros. Después, el fallecido fue conducido a Barbastro por una funeraria para practicarle la autopsia. Los otros dos barranquistas fueron atendidos por el médico del 061, uno de una crisis de ansiedad y el otro de una posible rotura de la cabeza del peroné.
RESCATE COMPLICADO
El rescate del fallecido resultó “duro y complicado” debido al fuerte caudal que llevaba el Barranco del Mascún y a la adversa climatología, según aseguró el oficial. Esas condiciones obligaron a los especialistas a montar varias instalaciones de cuerdas para no ser arrastrados por la corriente, lo que requirió de una importante labor técnica, y la tripulación del helicóptero también hizo gala de una gran pericia ya que, según Garijo, el aparato accedió al lecho del barranco “sin apenas visibilidad porque estaba lloviendo”. El teniente valoró el trabajo de todos los profesionales que intervinieron en el rescate y remarcó que el médico del 061, aparte de certificar la muerte del barranquista, había ayudado también en la extracción del cuerpo. El cadáver fue trasladado hasta Rodellar en helicóptero y después por la funeraria hasta Barbastro, tal y como se ha indicado. El fallecido es el primer muerto que se registra en los barrancos altoaragoneses este año.
NO ES MOMENTO DE BARRANCOS
El oficial advirtió de que “no es momento de hacer barrancos” ya que debido a las lluvias los caudales “bajan con fuerza y con muchísima agua”. Destacó que cuando se realiza esta actividad, “lo difícil es precisamente muchas veces, más que la propia orografía del barranco, el caudal de agua que lleva”. Aseguró que con el objetivo de preparar el próximo plan de instrucción de los agentes, “teníamos previsto ir a hacer algún barranco, y lo hemos pospuesto precisamente por el agua con la que bajan. Hay que esperar a que cesen las lluvias, baje el caudal y entonces sí se puede hacer el barranco con seguridad”.
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